Hoy miércoles, una vez finalice el ejercicio del último día de Novena, la Santísima Virgen del Rosario Coronada extenderá su bendita mano para que sea besada por sus hijos. Hablamos del filial y anual Besamanos que se ha convertido últimamente en la Ceremonia más multitudinaria de las que celebra nuestra Hermandad en el interior de la Iglesia Parroquial. No es para menos, porque por un día de los trescientos sesenta y cinco que tiene el año la Patrona desciende desde su Altar para situarse a ras de suelo y a la misma altura que ostentamos los fieles que la veneramos como Reina y Madre de Burguillos. Es ahí, en el momento en el que la contemplamos desde cerca, cuando más nos emocionamos, más humana nos parece su Imagen y mejor comprendemos la trascendencia de la Virgen en nuestras vidas de cristianos, presidiendo desde hace cuatro siglos el discurrir de este pueblo que tanta devoción y amor le profesa. Además, el Besamanos significa que la espera toca a su fin y sólo restan horas para que llegue ese día de gloria que es el primer Viernes de Octubre. M.V.
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